(Capítulo III: Encanto)
Dieciséis de marzo.
Au revoir; de lo que fuimos no queda
más
Y me voy sabiendo que fuiste el daño
más delicioso
No sabes cómo anhelo los días
aquellos de tanta dicha
Esos que estaban llenos de mí y tú no
existías.
Cada vez que me detengo a pensar,
mientras conduzco
Fue un placer culposo y un total
abuso de tu parte
No creo que Dios me haya enseñado
nada contigo
Y no hay demonio que contradiga lo
que aquí explico.
Te di mi credo, te di mi cuerpo
Doné canciones de mi playlist,
conmemorando el sufrimiento
Y me senté sobre miserias, las que me
diste
Y te besaba, y te besaba en silencio
Fue tan injusto, tan asequible lo que
ofreciste
Que de mis ansias, tan onerosas me
arrepiento.
No quisiste ser más que una fecha
especial
El dieciséis de marzo que en varios
años no recordaste
Me duele más haberme ido a perder
contigo
Mientras de mí hacías lo que a ti te
hiciera sentir grande
No te bendigo, no te maldigo; no eres
importante
Sólo memorias de algo que nunca fue
para mí
Y me alegra tanto haberte encontrado
en la misma esquina
Que vio llorar y desesperarse el alma
mía
Y no sentir nada más que fatiga y
ganas de irme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario