Suelo hablar conmigo.

Esa es la cara que vi en el espejo
La sonrisa fracturada…
Y es justo, y es malo
Es perfecto…
La perfección no usa maquillaje.

Más te vale resignarte, se acabaron las frases
No olvides y no grites
Es el mundo que tú ves, en tonos grises
Son tus ojos que no sirven
Es tu alma que te engaña
La razón… nada.

Más te vale soportarlo
Más te vale aprovecharlo
Es la vida, que a golpes te presenta este regalo.

Yo sé bien cómo te encuentras, yo solía estar igual
No insistas, aunque quieras
No te impongas un castigo ni te hagas llorar
Porque suelo hablar conmigo cuando hablo contigo.

De la serie:

LA REDENCIÓN DE LOS DESGRACIADOS; VOL. I.