(Capítulo II: Romance)
Traspié.
Y como de costumbre, otra mirada
esquiva
El respeto y los honores que le
rindes a… olvidé su nombre
Un sombrero incoloro que tú usas,
orgullosa
Esos besos de mentira, que hoy
correspondes.
¿Acaso le contaste que una vez sí
fuiste mía?
¿Te atreves a mirar sus ojos
repugnantes y jurarle amor eterno?
Nunca imaginé que después de todo, te
conformarías
Con migajas especiales y sus celos:
“compañía”.
Quiero comentarte: tus falsos “te
amo” están borrados
Y quiero aclararte: ahora sé que no
funcionaría
Porque todas las canciones en el
mundo se terminan
Con la imagen caducada de tu rostro
Con lo frío y lo malvado de tu abrazo
Aquel último abrazo.
Y estás en el desván, en el baúl de
mis recuerdos
Una cena que hizo daño, un
desperdicio de tiempo
En mi humanidad descansarás, en mis
lecciones aprendidas
Como el traspié cobarde que siempre
se iría
Siento un poco de vergüenza al
dedicarte tantas letras
Porque de mí solo mereces lo que
resta
Y estarás en el desván, en el rincón
inútil de mi hogar
Como un objeto, una segunda
oportunidad
De poder limpiar mi boca y escoger
mejores cosas
De olvidarte, como quieres
De ser consecuente y admitir que no
se puede.
…
Nuestro amor sabe a chocolate, ohhh…
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