Las damas se arreglan,
perfuman sus vergüenzas y se arrodillan ante Dios
Son hembras, dispuestas a
parir tristeza y jugar a ser felices.
Oh, cómo extraño los días de
lluvia
Cuando de tanto llover no
podía regresar a casa
Luces apagadas y cuadros en
blanco, bastidores llenos de esperanza, pintados a mano.
Oh, cómo extraño los días
aquellos, cuando mis padres me creían loco por llorar a través de mis letras
Por ser un poco ortodoxo y
sentarme en el jardín con mi máquina de escribir.
Oh, si la vida supiera, si de
verdad me conociera no sería tan cruel conmigo
Mientras tanto soy testigo y
los hago a ustedes de lo que ella me haga
Y prosigo:
Las damas se arreglan
Los caballeros se las
arreglan.
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