Estocolmo
¡Pero
qué mágico y místico momento!
Es
que mi mirada se cruzaba con los globos oculares de otra mala elección
¡Claro!
Llega sin avisar y déjame sin fuerzas
Que
aquí de nada sirve el ensayo y el error
Usar
la demagogia en un aspecto nuevo
Darle
a esa palabra nuevos usos y conceptos
¿Quién
no está listo para vivir el excitante frenesí de amar entre comillas?
Para
ser secuestrado por una emoción
Para
vivir muriendo mientras lloras en la espera
Mientras
te cambia el credo sin explicarte cómo
Para
vivir eternamente el Síndrome de Estocolmo.
Que
sea esta opción mi eterna alegría
El
deseo que termina cuando entiendes que no
Que
el amor nos haga bien y que crezca cada vez
La
ilusión que se diluye entre lágrimas y alcohol
Me
visto entonces de malicia y almaceno en mi cerebro la idea de no estar
Mientras
camino sobre el suelo, que no entiende ni siquiera lo que duele caminar
Y le
pido al gran verdugo lo que no me devolvió
Y es
cuando entiendo que yo di lo que no se me pidió.
Que
sea el amor quién me padezca
Que
me llore suplicante que le alivie yo su pena
Que
no coma ni duerma y en su agonía comprenda
Que
no es correcto robar lo que se ofrece a manos llenas
Que
el amor valore a cada amante del planeta
Que
yo no tenga más miedo de ser amado entre comillas
Aunque
al final siempre duela.
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