(Capítulo I: Brío)
Cual servilletas.
Sí, soy el pacto que hiciste con
Satanás un mes de agosto
La mezquita a la que asiste el indolente
No hay sabor más confuso que un beso
tuyo
Y me sabe peor creer que al fin serás
valiente.
Eran esas, mis lágrimas usadas cual
servilletas
Que al esqueleto de tu hombría le
hacía limpieza
Soy la sinagoga a la que asiste un
falso poeta
El error en tu raza, la marca en tu
espalda
La vida que llevas, y es lamentable
Que en estos años no has pronunciado
una palabra importante
Es lamentable
Que uses mis lagrimas para limpiarte,
cual servilletas
Es lamentable
Que a tu cinismo deba sumarle tu
cobardía
Y es lamentable
Pues no eres más que cortedad, para
mí
Cobarde.
Y soy el cielo, los ojos en los que
ya no vas a verte
Y son mis voces las que me piden que
no respete
Me sabe a estiércol tu posición en
este asunto
Sólo siento repulsión y no puedo
respirar con tanto humo
Porque eran esas, mis lágrimas usadas
cual servilletas
Que a tu minúscula existencia
justificaron
Y de las veces que sonreí, muy pocas veces
Agradezco que ya no estés en las
siguientes
Es lamentable que en un verso se socarre
todo esto
Es lo que pido y lo que merezco, y ya
es suficiente
Es lamentable, tan lamentable que no
necesito argumentos
No te vayas, yo me voy
La peor de las suertes, cobarde.
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